Invariablemente me impulsa un motor interno que no deja que me transe por nada menos de la posibilidad de la Más Alta Visión de mi Misma.
Siempre había soñado con encontrar al ‘elegido’ o lo que en inglés llaman The One. Me encantaba como sonaba… Y durante el proceso de re-encontrarme, un día comprendí que una de las búsquedas más relevantes en la vida es encontrar ‘lo elegido’ en el oficio… que en inglés podría llamársele The One Thing… Escribir sobre estas íntimas búsquedas dio inicio al recorrido hacia mi actual plenitud. Por eso mi blog lleva este nombre… |
Esta foto es literalmente mi gran herencia. “La mayor herencia que un padre puede dejar a sus hijos es el ejemplo de que el éxito siempre es posible.” Encontré esa frase en una revista justo el fin de semana que estaba en Popayán en casa de mi abuelito de 101 años, haciéndole la que sería mi última visita, pues a los cinco meses partiría. Cuando la leí, supe de qué se trataba lo que él le heredó a mi padre, que a su vez sería lo que él me heredó a mi. Alguien podría preguntarse “bueno sí, eres una de aquellas que conoció Nueva York a los 7 años, ¿porque es especial este caso?” Porque mis papás muy a sus 35 años en ese momento lo estaban haciendo, después de haber nacido y sobrellevado entornos adversos, muy muy diferentes a las grandes avenidas de NY. Mis padres son mi ejemplo de primera mano, de que avanzando con amor, empeño y confianza, de las circunstancias difíciles resulta crecimiento y transformación. Fue un 31 de diciembre cuando revisaba los álbumes familiares, mientras llegaban las 12 de la noche, que me di cuenta que lo que típicamente queda relacionado en fotos son los viajes. Es como si el Espíritu se asegurara de que dejemos registro no sólo de cuán hermosa era la encarnación de las almas que ya no están por acá, sino como recuerdo y alarma de lo que en el fondo es la agenda del alma.
Así es que sabiendo que la inmensa mayoría de personas amamos viajar, pensé en documentar los siete tipos de viajes orquestados por el alma, con base en un muy personal registro de algunos míos, para ilustrar sentimientos resultado de elecciones de expresión del alma… 1. Viajes de aventura. De estos hay muchos, pero quiero resaltar los del tipo de dejar atrás completamente una vida. Como el viaje de mis abuelos, cuando llevando de la mano a mi amado padre a sus seis años y dos de sus hermanos, salieron de un pequeño y lejano pueblo del país, en busca del sueño citadino, donde enfrentarían duros inicios. Ese es el mejor ejemplo de vivir vidas creativas, eligiendo ir tras la curiosidad en vez de tras el miedo, expresándose valientes, curiosos y amorosos, todo para experimentar la expansión. También están los viajes de aventura ‘controlada’ como cuando mi alma salvaje me llevaría tras mi deseo de contribución para trabajar al servicio de una cooperativa de pescadores en un pueblo de la selva colombiana y zona roja del país! Experimenté a través del respeto por mis decisiones de mis padres, su amor incondicional y su confianza plena en mi. 2. Viajes de descanso que encubiertamente dejan poderosas improntas en el alma. Como aquellos viajes que hacíamos cuando tuvimos una pequeña finca en los Llanos Orientales. Me expresé inocente y tierna cuando cazaba -para coleccionar- mariposas, pero a la vez audaz y atrevida al aprender a montar a caballo junto con el capataz mientras él arriaba el ganado. Esa intrepidez desataría e incubaría una imagen inconsciente que por mucho tiempo me acompañó en mis meditaciones, cuando yo galopaba hacia un palo de mango con el que sería el hombre de mi vida… Secretamente yo sabía cuando salía con alguien si él era -o no- un potencial elegido, porque mi hombre tenía que ser alguien que también amara los caballos. 3. Viajes de expandir límites. En paseo familiar fuimos dos veces a Estados Unidos. Mi primera vez, expresándome osada, me experimenté como gran co-equipera de mi papá, pues era yo quien montaba en las montañas rusas más miedosas con él, cosa que mi hermano no hacía 🤗. La segunda vez, fue para celebrar mis quince años, experimentando la posibilidad de la permanente expansión. En ambos casos viajamos con familias amigas que hoy recuerdo como almas que exhortaron a mis padres a la expansión mental y por ende, financiera. Gracias amigos! 4. Viajes de restauración. Como aquel viaje al que invité a mis padres a celebrar su aniversario 30 de matrimonio, conociendo Cuba, cuando no sólo celebraban su sentimiento de realización al llevar un hogar tan hermoso, sino que de alguna manera fue ofrecerle a mi padre un espacio de restauración por re-encontrarse con su versión más joven cuando idealizaba al Che Guevara, desde un gran espíritu revolucionario tras el cual había un inmenso deseo de ayudar a los menos favorecidos; cosa que siempre hizo a lo largo de su vida. Expresándome generosa, me experimenté abundante y conmovida. 5. Viajes de cierres conscientes. El último viaje que hicimos como familia como cuando éramos pequeños con mi hermano, cuando nos quedamos en un pequeño hotel boutique en el centro de Cartagena. Mi papá se despidió de sus calles en su silla de ruedas… Una vez más, me sentía agradecida, realizada y conmovida porque el fin de él en esta vida se acercaba, y efectivamente se dio tres semanas después de ese viaje, en el que anticipó el júbilo de una vida muy bien vivida, y yo experimentándome orgullosa de haber tenido a ese ser humano por padre. 6. Viajes de cierres inconscientes. Un viaje que provocó una intención que nunca imaginé, fue cuando corrí mi maratón en Chicago. Estaba excitada y me sentía empoderada al haber ejecutado una carrera resultado de mi feroz capacidad de comprometerme conmigo misma. Ese viaje me invitó a revisar la coherencia en todas las áreas de mi vida, y después de aquel me daría cuenta de mi adicción -muy encubierta- al control en las relaciones… Entré en ‘periodo de rehabilitación’ para sanarme y enamorarme profundamente de mi misma, anticipando el amor de mi vida. 7. Viajes de compleción (sí de completar). Gracias al disfrute de viajes no sólo con mi familia, sino muchísimas veces viajando sola, es que hoy atesoro el gozo expansivo que durante los últimos años he experimentado al viajar con mi amor… viajando por sitios exóticos y majestuosos de Colombia, un viaje a Lima y ahora, hacer realidad uno de mis más soñados viajes… uno que también venía mucho en meditaciones… viajar a mi ciudad favorita en el mundo entero, a la ciudad que me recuerda la herencia que me dejaron mis padres… Nueva York, con el amor de mi vida. Elijo vivir este viaje como un homenaje a mis padres y a su ejemplo en todas las áreas de la vida… llena de orgullo por venir de donde vengo, por saber para dónde voy, entendiendo que experimentar la abundancia en amor, en experiencias, en viajes, es posible sirviendo a mi gente, a una hermandad de mujeres que están eligiendo hacer desde el ser y sirviendo a mi hombre, para que entre mis brazos, él se sienta a salvo siendo exactamente quien es. Programa ya un viaje! No tiene que ser tomando un avión! puede ser a las afueras de tu ciudad! y confiérele una intención poderosa del estado del ser que quieres experimentar y elige expresarte! Compárteme con cuál viaje e intención te comprometes?
2 Comentarios
Ricardo
9/28/2018 11:08:53 am
Diana Interesante reflexión sobre tu experiencia de los viajes... es posible también en esa clasificación de tipos de viaje incluir al de la "vida misma" de cuyo vagón sabemos con certeza que bajaremos pero no cuando, por lo que hay que vivirla con plenitud.
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Diana Muñoz
9/28/2018 12:45:28 pm
Totalmente de acuerdo Ricardo! Significado es la palabra clave de este viaje en el tren de la vida!
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AutorComprometida con seguir lo que me dicte el corazón, con amor, pasión, viviendo en plenitud y contribuyendo para que los demás hagan lo mismo! Archivos
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